Fabrica de raquetas Condor

Taller de la fábrica Cóndor donde funcionó en los últimos años en la localidad de Mercedes.

7 años después recuerdo cómo fue empezar a transitar los primeros pasos del Museo del tenis, ya instalado como Museo de Tenis Trelew en Facebook y gracias a Rolando Fondati que me paso el contacto de Angel Luna, nieto de Vicente Stricker (socio fundador de Cóndor), y pude llegar a iniciar la primera investigación histórica con un campaña en la que debía rescatar material para su preservación.

Así fue que Ángel muy amable nos abrió las puertas de la fábrica ya cerrada y nos contó la historia de su abuelo en un primer viaje fui en busca de la historia y en un segundo a rescatar todo el material que pudiera resguardar.

Raqueta Condor «Standar», perteneció a Lorenzo Soriano (Padre) donada por la familia Soriano.

«Mi abuelo se llamaba Vicente Stricker, empezó a hacer las raquetas desde muy joven en el garaje de su casa de San Martín, nacido en Entre Ríos, todas las matrices salieron de un cuartito que era el garaje de su casa, trabajo desde muy chico con matriceros haciendo trabajos de reparación de autos siempre relacionado con el metal, después del servicio militar empezó a terminar el proyecto de las raquetas ya que era fanático del tenis y quería una raqueta que no se rompiera porque por más castigo que le des a la raqueta era prácticamente imposible romperla, si se dobla siempre hay una forma de volverla a recuperar, con ese objetivo empezó a hacer las raquetas de acero inoxidable, haciendo modelos. Le costó bastante meterse ya que la realidad social que se vivía después de las dictaduras allá por el 68/70 el auge de las raquetas se dio en el 76/78 en plena dictadura con Vilas, la mayor cantidad de empleados que tuvo fue en Villa Lynch y eran como 40, aca en Mercedes eran como 12 a la par de los de Villa Lynch, producían algo de mas de 1.000 raquetas por semana dependían mucho de los pedidos que se hacían en una época le fue muy bien hasta se fue a Brasil para instalar una fábrica allá, exportó un container a Francia cuando llegó allí le enviaron el pago pero hubo una devaluación en el trayecto del container que hizo que no cubriera los costos de producir las raquetas y fue como si las regalaran y entre las políticas económicas de Argentina que no favorecieron con el cambio y con otras muchas cosas la apertura económica hizo que se fueran perdiendo ventas y se terminó cerrando lo que era la fabricación de las raquetas hacia el 81/82 fue el último año en que se produjeron raquetas, después tuvo una época en donde se hicieron algunas hasta el 85 aproximadamente, ahí mi abuelo empezó con los patines que fueron un invento de él».

La Condor lista para encordar más todo los accesorios que la componen: canutos, cachas, grips, cuerda, stickers, certificado de garantía.

“Cóndor es una marca registrada por Strimar SRL cuando eran socios con Roberto Martino. Tiene que ver con la visión del abuelo hacia la llegada a la meta. Lograr alcanzar la cima sin ayuda, solo, a su ritmo y disfrutando del esplendor que da la vida, sin perder la objetividad al alcanzar lo que más deseaba».

«El Cóndor es el animal-ave que se encuentra únicamente en la Cordillera de los Andes y el único que es amo, dueño y señor de las altas cumbres».

«Recordá que las raquetas de madera tenían nombres de picos altos, Aconcagua, Himalaya.  ¿Ves?  Todo se centraba en una misma idea: llegar a la cima, a la gloria, por iniciativa y con la plena convicción de haber hecho lo correcto, sin dañar a nadie.”

Presentación de la Raqueta:

El marco está construido con tubo importado de acero inoxidable, el que ha sido tratado electrónicamente y bajo las más severas normas de control, para lograr una elasticidad y resistencia uniformes que asegure asimismo un total equilibrio en el peso respetando la forma oval tradicional y todas las conformaciones reglamentarias existentes a la fecha.

Tríptico de las raquetas Condor.

Las perforaciones donde se encuentran alojados los ojalillos están realizados con un suave estampado para dar una mayor duración a los mismos y por consiguiente al encordado.

El casquillo que refuerza el sector de la soldadura entre mango y arco, proporciona a la vez una mejor terminación del conjunto, en un todo acorde con las reglas del arte de la construcción metalúrgico-deportiva, está a su vez dada  su construcción en acero resulta innecesario reforzar esta zona que resulta crítica para todo tipo de raqueta, consecuentemente se logra disminuir la superficie de contacto y rozamiento con el medio ambiente y como resultados positivos inmediatos un más rápido desplazamiento de la raqueta, el que a su vez se obtiene con un menor esfuerzo del jugador, que conserva de esta forma una mayor reserva de energías disponible, fundamento de triunfo en toda competencia.

Raqueta Condor modelo de Acero Quirúrgico (máxima pureza) muy poco comercializado.

La empuñadura se ha logrado con fina terminación revestida en cuero de primerísima calidad el que ha recibido tratamiento especial que evita cualquier tipo de deslizamiento, logrando una adherencia que se incrementa a medida que crece la tensión muscular del jugador. Se han respetado las dimensiones tradicionales para la empuñadura, rematando el mismo con un suave desnivel que asegura aún más la obtención de un “agarre” perfecto.

Los ojalillos y cachas son construidos con resina plástica reforzada, elástica y resistente a los esfuerzos a los que son sometidos, las raquetas se construyen en tres distintos pesos livianas, medianas y pesadas.

Hugo Varela (Arg ex 210 ATP) único jugador profesional en jugar con Condor, nos cuenta su experiencia:

«Yo jugué con la Condor varias temporadas y era una raqueta ESPECTACULAR. Se la hice probar a varios jugadores y deberás saber que la elección de una raqueta solo pasa por si al jugador le va, o no le va. Tiene que ser de buena fabricación, nada más. Ricardo Cano la usó en entrenamientos y le pareció bárbara. Tenía una flexibilidad muy parecida a la Dunlop Maxply. Pero nosotros somos muy prejuiciosos, y siempre «lo de afuera es mejor». Era bárbara y los dueños

Hugo Varela jugando el tradicional Abierto de la República 

(gente maravillosa) me trataron y contrataron de una manera super profesional.

Strimar se llamaba la empresa y era la suma de los nombres de los dos socios. Sería muy honorable, hacerles a ellos un reconocimiento como precursores de la industria nacional. Ellos me daban 4 raquetas por mes, y en diciembre me daban 25 raq para vender al precio que quería y donde quería más u$s3.200.- anuales. El uso de la raqueta me daba para 2 mes. De manera que al final del año tenía casi 40 para vender y había negocios que esperaban esa fecha para comprarme. Todo, empresa, dueños, contrato firmado, cumplimiento y demás, me fue presentado por mi profesor Roberto Machado, a quien le sigo debiendo ese paso de crecimiento, porque creyó en mí».

Por Martin Cora